Creatividad

Qué es


La creatividad es un proceso del pensamiento, un mecanismo intelectual a través del cual se asocian ideas o conceptos, dando lugar a algo nuevo, original y valioso.


Podemos entender la creatividad como la capacidad para vincular y organizar una idea o proceso desde una estrategia diferente; con elementos que anteriormente estaban separados y no se habían dispuesto en ese orden o esquema. Esa configuración no sólo es nueva, sino que a la vez aporta una mejora en el ámbito al que se dirige.

 

 
Este modelo sistémico define la creatividad como un concepto, idea o producto que modifica o transforma su entorno. Para que esto ocurra, es necesario que el individuo tenga acceso a varios sistemas simbólicos y que el ambiente social sea receptivo a nuevas ideas.

 

 

 

Identificar la creatividad


Es evidente que cualquiera de las pruebas psicométricas de que disponemos para captar capacidades intelectuales, analizan exclusivamente una parte de ese potencial, por lo que debemos dudar de poseer, con una sola prueba, una completa veracidad psicométrica.


Tenemos  diversas herramientas para identificar, valorar y situar la creatividad de cada persona en un continuum, pero es esencial que sepamos qué buscamos.

Casi todas las pruebas de que disponemos miden un rendimiento que se acerca o se aleja de un determinado modelo. No nos parece suficiente valorar sólo el producto sin considerar el proceso, la persona, el nivel de aceptación del entorno, etc.; es decir, necesitamos un procedimiento más estructuralista y sistémico.

Especialmente cuando medimos creatividad, hemos de ser conscientes de nuestra limitación para concebir previamente la variedad de respuestas posibles, lo que dificulta enormemente valorar las aportaciones más divergentes, en cuanto a originalidad, novedad o cualquier otro de los componentes que somos capaces de reconocer.

 

Cómo se gestiona


Lo realmente original del pensamiento creativo es el proceso previo a encontrar la solución, es decir, la capacidad de utilizar la información almacenada en la memoria de forma nueva y distinta. La capacidad, la rapidez con que se encuentra una solución depende de la experiencia, y ésta siempre es adquirida.

Los componentes que influyen en el desarrollo de la creatividad son varios y relacionados con múltiples aspectos:

INDIVIDUALES: Características de personalidad y capacidad,
SOCIALES: Entorno sociocultural y modelo educativo.

Numerosos estudios señalan que la forma de pensar más convergente no se debe tanto a una incapacidad para el pensamiento original, como al temor de parecer una persona rara, al miedo a perder la aprobación de la sociedad, o una resistencia a fiarse de la intuición antes que de la razón.




Ya no se trata solo de conocer cuáles son los rasgos que determinan que una persona sea creativa, es necesario conocer qué condiciones necesarias aporta el medio, a fin de lograr el avance.





Para poder desarrollar la creatividad es preciso trabajar en ámbitos personales y sociales:

PERSONALES:

1. Ayudar en la gestión del tiempo.

2. Capacitar para enfrentarse a la adversidad, y

3. Profundizar en el valor y la necesidad del trabajo y el esfuerzo.

4. Favorecer la motivación intrínseca, empoderando a las personas que participan y reafirmando su autoestima.

5. Animar a la reflexión y acción; valorando y estimulando cada situación. El objetivo no tiene por qué ser un producto, los logros pueden aparecer en los procedimientos.

SOCIALES:

1. Aceptación de propuestas, nuevas ideas y cambios.

2. Mantenimiento permanente de estructuras de carácter abierto.

3. Incluir en los procedimientos la participación, ambigüedad, y estrategias de problemas insuficientemente definidos.

4. Intentar no cerrar el proceso creativo, la apertura a de estar presente de forma continua.

 

Pensamiento divergente


Pensamiento convergente: el orientado a la solución convencional de un problema.

Pensamiento divergente: aquel que elabora nuevos criterios o metodologías.

Estos dos conceptos constituyen los extremos de un continuum en el que todos/as nos situamos en alguna de sus ubicaciones.

La tarea creativa supone definir un complejo proceso de reformulaciones: la meta, la situación de partida y los procedimientos para pasar de una a otra.

El pensamiento divergente percibe distintas opciones, ya que enfoca el problema desde nuevos ángulos, lo que puede dar lugar a cierta variedad de recorridos y múltiples soluciones.

Cualquier estrategia, en este sentido, ha de considerar la importancia de la búsqueda frente el resultado.